
El servicio de cobranza y recupero en el ámbito legal es un conjunto de acciones profesionales destinadas a recuperar deudas impagas que terceros —clientes, proveedores o deudores— mantienen con una pyme.
Su propósito es disminuir el riesgo financiero, mejorar el flujo de caja y evitar que las cuentas por cobrar se conviertan en pérdidas.
Este servicio se divide en dos grandes etapas:
1. Cobranza extrajudicial (o Prejudicial)
Busca recuperar la deuda sin necesidad de llegar a juicio, utilizando herramientas legales y de negociación.
Incluye:
Revisión y validación documental de la deuda.
Contacto directo con el deudor (llamadas, correos, notificaciones formales).
Emisión de cartas de cobranza con fundamentación legal.
Negociación de acuerdos de pago, refinanciamiento o reestructuración.
Informes de avance y trazabilidad para la pyme.
Objetivo: recuperar el dinero de forma rápida, económica y sin litigio.
2. Cobranza judicial (Recupero Legal)
Cuando el deudor no paga en la etapa extrajudicial, se procede a un proceso judicial para obtener el cobro forzado.
Incluye:
Preparación de la demanda y patrocinio legal.
Tramitación completa del juicio (monitorio, ejecutivo u ordinario, según corresponda).
Solicitud de medidas cautelares (embargos, retenciones, prohibiciones, etc.).
Ejecución de la sentencia para recuperar el monto adeudado.
Objetivo: usar las herramientas judiciales para garantizar que la deuda se pague, incluso mediante embargo de bienes, cuentas o activos.
¿Por qué es importante para las Pymes?
Reduce el riesgo de cartera incobrable, una de las principales causas de insolvencia en pequeñas empresas.
Ordena y profesionaliza la gestión de clientes morosos.
Evita que la empresa gaste tiempo y recursos en perseguir deudas.
Permite proteger el patrimonio de la pyme y darle continuidad operativa.
Mejora la salud financiera y la liquidez.
¿Qué aporta el área legal?
Un servicio de cobranza con respaldo jurídico no solo gestiona la deuda, sino que también respalda y protege a la pyme:
Uso adecuado de contratos, pagarés y documentos exigibles.
Aplicación correcta de intereses, reajustes y cláusulas penales.
Evaluación del riesgo legal de cada caso.
Cumplimiento estricto de normativas para evitar reclamaciones o multas.





